Son más o menos las 21 hs
del día martes 15 de febrero de 1977, en Buenos Aires la noche cae lenta, bruma,
húmeda y calurosa; envolviendo todo segundo a segundo, algo más que de
costumbre, un colectivo 29 transita la calle Defensa como si fuera el
autódromo….
Esa calle Defensa, sin
embargo parece ahora un territorio abandonado, casi sin peatones que se han
refugiado en bares, para mitigar el calor bebiendo algo ...
Los anticuarios ya han
cerrado sus locales hace más de una hora, solo una tenue luz se filtra de una
ventana del taller del orfebre Juan Carlos Pallarols, así todo parece un poco
más lúgubre que de costumbre…
En el Bar Plaza Defensa, que
está ubicado en Defensa y Humberto Iº, el humo de los cigarrillos y los vaho corporales
de los clientes que lo han atestado,
transformaron el aire en irrespirable, todos están tomando cervezas y
gaseosas al igual que los que se amontonan en los bares Todo Mundo y el Balcón
de la Plaza, justo enfrente, en la calle
Humberto Iº y la cortada Anselmo Aieta….
…pareciera que estos son los
únicos lugares donde la vida continua, en una Buenos Aires donde la muerte se
puede llegar a tocar casi con la punta de los dedos…
….donde todos los días hay
alguien que desaparece, como si se lo hubiese tragado la tierra…
…donde pocos son los que se
atreven a dar cuenta de lo que pasa…hubo un prestigioso abogado tucumano que se
atrevió a presentar algunos cuantos habeas corpus…, arrastrado por las calles
céntricas de San Miguel de Tucumán, por miembros de una patota a plena luz del
día, nadie decía nada…
… donde unos hijos de puta,
se creyeron la historia que se escribieron a si mismos y condenaron a muerte a
más de 9000 personas…
Casi me vuelvo a mi casa,
algo no me gusto, presentimiento que le
dicen, sin embargo la posibilidad de leer a Daylan Thomas y comentar las dos o
tres versiones de la “Elegía”, que era un poema escrito para su padre, y
disfrutar del debate posterior pudieron más…..
Apuro el paso y toco la puerta,
mi amigo Jorge un conocido anticuario de la zona que vive en el departamento
que se encuentra detrás de su negocio, me abre la puerta:
-
“… acompañe a comprar cigarrillos y algo para
tomar en el kiosco de San Juan; hoy viene fulano de tal…”
“Fulano de tal”, un conocido
artista plástico muy de moda, que había expuesto en una gran galería de la
calle Arroyo, era el invitado estrella esa noche, de nuestro pequeño grupo de
lectura .
Al llegar cargados de
gaseosas, dos botellas de cerveza y cigarrillos en la puerta nos esperaba
“Fulano de tal”, entramos conversando despacio, la vecina del fondo nos espiaba
como siempre…
….mi amigo Jorge sabía por
un comerciante de la cuadra, que la vecina decía que erámos raros, que tenía
miedo….
No llegé a tomar el vaso de
la mesa cuando un ruido ensordecedor, un humo denso, acre y acido invadió el
ambiente… dos o tres tiros al aire y un tipo que salta arriba de la mesa con un
Fal en la mano gritando.
-“…todos al suelo, zurdos
hijos de puta, y el que se mueve lo mato…”
Una forma distinta de miedo,
desconocida para mi se hizo carne en mi cuerpo…
…. parados en el pasillo,
uno al lado del otro, nos vendaron los ojos con unos trapos, mientras nos
pegaban con saña y gritaban Ejército Argentino, nadie salga….
….fuimos subidos a una camioneta,
apilados unos sobre los otros, de cualquier manera, golpeados y pateados con
saña….
….el sentido de ubicación me
indicó que cuando arranco tomo Defensa a contramano y doblo por San Juan hacia
el bajo….
….sirenas, gritos, giro
hacia la derecha, y el ruido de un portón que se abre…
Cuando la camioneta
estacionó y nos bajaron, nos empujaban contra una columna y de ahí por escalera
al subsuelo….
...y por esa escalera a los
golpes, descendí al infierno, yo deje de ser yo mismo..., y pase a ser para ellos
el número 128..., entonces y sólo entonces...., yo conocí las entrañas de un
Behemoht horroroso desde adentro mismo, y toda la maldad que es capaz de
realizar un ser humano...
…ahí tomé conciencia de que
esos sádicos eran los dueños de la vida y la muerte de todos nosotros, los que allí estábamos...
… casi desnudos con cadenas
unidas con candados en los tobillos y las muñecas, dos veces al día nos
llevaban a una sala de torturas……….
… como describir el dolor
del cuerpo…
….darte cuenta que te duele hasta el alma...
...cuando terminan de picanearte, tenes sed y te dejaban tomar agua de una canilla, los dientes se golpeaban contra la canilla y ellos reían...
… la sucesión de
cachetazos….
….sus risas que aún
resuenan, algunas noches…..
….el miedo, siempre y a toda
hora una sensación de miedo profundo e indescriptible porque no hay palabras
para describirlo….
….un vacío insondable…
….la lámpara prendida todo
el día, igual que una radio…
…sin embargo cometieron un
error a la noche escuchaban “Flecha Juventud” y eso me mantuvo ubicado en el
tiempo cuando pensé que me estaba por volver loco…
… y una mano que me acaricio
cuando dejo el plato de comida, una mano que una semana después dejo de estar,
porque la habían matado…
… los llantos míos y los de
los otros, a la noche a veces me hacen compañía …
… me asaltan en medio de la
noche….
…. la tortura psicológica de
gatillarte en vacío sobre la nuca y su risas aún resuenan en mis oídos, porque
están grabados en algún lugar insondable del laberinto de mi memoria…..
,,,, porque a esos hijos de
puta, eso les causaba gracia….
… no tengo vergüenza de
contarlo: me hice pis encima, como castigo me pegaron con la culata de algo
pesado como una Itaka en los riñones…
… me hicieron sentir el
terror a flor de piel todo el tiempo que estuve allí y después también….
… tuve miedo de salir de
salir de mi casa durante mucho tiempo…..
…. la angustia se apoderó de
mi durante años…
Negra soledad de una celda
sin ventana ni aire, es la forma que encontraron de llevarte a la locura….
…solo una caricia de una
mujer, otra detenida como yo cuando me dio un plato de comida, me hizo sentir
que estaba vivo…
…. Y aunque
no encuentre las palabras para describir eso….
….la caricia de esa mujer,
fue una especie de bálsamo…
..esa caricia de alguien que
no supe jamás como se llamaba..
… de una mujer que imagine
junto a mi desnuda en otro lado amándonos, porque lo que hizo fue un acto de
amor..
… ese acto de amor tan puro, tan inocente, pero
tan profundo, me hizo jurarme a mí mismo
que jamás olvidaría los días de terror en los cuales descendí al infierno,
conocí las entrañas de la bestia desde adentro mismo, deje de ser yo mismo y fui
tan sólo el 128.…
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