Luis Nicolás Laporte
Verano 2007
La primera vez que ví y supe algo de esa ciudad fue por medio de una serie de fotos bellísimas en la que se hacia referencia a cien cúpulas de cobre y de ladrillos de cerámica que reflejan destellos dorados cuando son bañadas por el sol.
Tal vez por eso se la conoce como “la ciudad de las cien cúpulas”, o “la ciudad dorada”, o “el corazón de Europa” o “la madre de todas las ciudades”, aunque hace poco leí en algún lado que también es llamada, - quizás con justicia a pesar que fonéticamente suene horrible a los oídos -, como la "París de los años 20 en los años 90". También supe a través de esta última lectura, - si es que a partir de la lectura y de los libros se puede saber algo -, que esa ciudad fue la cuna del ocultismo medieval, del esoterismo y de del desarrollo más potente de la Kabbalah desde fines del siglo XIII y hasta fines de los años 30 del siglo pasado.
En realidad, nunca llegué a saber bien si lo que me llamo la atención de esa ciudad llamada Praha fueron las fotos de las cien cúpulas verdes envueltas por los halos dorados de los destellos del dios Febo, la imagen imponente del Castillo Hradčany recortada sobre una colina desde donde se permite mirar a la ciudad en su totalidad, las leyendas creadas que la convivieron en cuna de lo mágico, del ocultismo y de la Kabbalah, que nació y se escondió en las entrañas de la judería local o la imagen de una actriz rubia medio desnuda que aparecia eróticamente sentada sobre el piso de un cuarto de pensión barato al costado de una cama, y que ilustraba el comentario de una película de Jan Tomáš Forman, al que se lo conoce como Miloš Forman.
La rubia que aparecía medio desnuda sentada sobre el piso de una pensión barata apoyada sobre el borde de una cama, era la actriz principal y se llamaba Hana Brecjchova.
Me gusto tanto esa rubia medio desnuda para mis escasos diez años, sentada sobre el piso y apoyada en el borde de una cama de una pensión barata de Praha, el dejo de inocencia que se escapaba de sus ojos y el pelo dorado como el oro, que su imagen fue el objeto sexual inspirador de mi primer acto de amor en solitario detrás del sillón del living de la casa de mi tía donde aprovechando un descuido de mi mamá, las tías y la abuela Celina que no se percataron de lo que estaba haciendo con los dedos de mi mano mientras miraba esa revista detrás del sillón del living.
A partir de ese momento Praha, o bien por la rubia que paso a ser el objeto del deseo de mis desvelos de púber y que me persiguió durante los sueños durante muchos años, o bien por las imágenes recurrentes de las cúpulas verdes siempre envueltas por los halos dorados de los destellos del Dios Febo y la imagen imponente del Castillo Hračany recostado sobre una colina que permite desde allí contemplar toda la ciudad, que comencé una lectura afiebrada y casi sin límites de todo lo que me acercaba a esa ciudad.
Aprendí leyendo en los libros, si es que en estos se puede aprender algo, que Praha fue la cuna del ocultismo, la magia y la Kabbalah desde la edad media, que allí se describió por primera vez la imagen del Golem una criatura mágica de arcilla creada por el Rabí Yehuda Loew ben Bezalel, el Maharal de Praga en a mediados del siglo XVI aunque se hace popular recién en el siglo XVIII, quien habría dado forma, - según cuentan las leyendas -, a ese ser mítico para proteger a los judíos observantes de las persecuciones y matanzas instigadas por un sacerdote cristiano llamado Tadeo.
“El Golem”, así se llama también la novela que en 1915 escribiera Gustav Meyrink y que impresiono en Buenos Aires al otro lado del planeta a un escritor llamado Jorge Luis Borges.
Así pues, mucho antes de que la palabra perdiera su fuerza mágica, como alguna vez escribiera Sigmund Freud, aprendí de los libros si es que de los libros se puede aprender algo, que en los comienzos de los tiempos de la historia por el sigo VI a. C la llanura ubicada en el centro de Europa estaba habitada por un pueblo Celta llamado boios, que fueron expulsados por la tribu germánica de los marcomanos hacia el siglo I d. C, esos mismos libros cuentan que los boii o boios llamaba a esa tierra Boiohaemum es decir el hogar de los Boii, este pueblo se perdió sin dejar rastro en los pliegues de la historia, pero como una cruel venganza del destino la región conservo de estos su nombre germanizado y se la comenzó a llamar Böhmen como la marca cultural y linguistica de los nuevos conquistadores.
Cuentan esos que dicen saber algo de historia, que Praha como ciudad se fue constituyendo a partir de, - como dicen los arquitectos -, una costura urbana de seis pequeños asentamientos cercanos entre sí, erigidos sobre las riberas del río Vltava o Moldava enmarcados entre siete colinas, en un meandro del río que forma una especie de P mayúscula, como se fuera un designio para su futuro nombre, durante los últimos años del Siglo IX, los que luego como reflejo de su crecimiento y de los intercambios de sus habitantes se convertirían en los barrios que hoy conforman Praha, Staré Mestró, Nove Mestro, Josefov, Myšeharad, Mala Strana, Hračany o El Castillo y Smichov Santoska.
Praha se había transformado, gracias al recuerdo recurrente de esta rubia objeto sexual de mis desvelos a partir de mis diez años, en un lugar mágico al que mis sueños me transportaron una y mil veces.
Así aprendí por medio de los libros, que entre los siglos V y VIII d.C, la región fue ocupada por hordas nómadas de grupos llegados desde las estepas de mongolia, entre ellos los Avaros que buscaban nuevos de pastizales frescos para su ganado y sus caballos y con ellos se instaló la práctica del cristianismo arriano, más tarde durante el siglo IX el cristianismo del rito romano se introdujo y consolido en la región, que por entonces formaba parte del reino de la Gran Moravia, desde el año 950, la región del Boemia donde se podía observar una fuerte influencia germana tuvo que aceptar la voluntad de la mayoría reconocer la supremacía alemana y pasar a ser parte integrante del Sacro Imperio Romano Germánico y se la llamó nuevamente Böhmen, es así que durante más de ciento y pico de años la región fue gobernada por miembros de la católica casa de Luxemburgo, sin embargo la aristocracia eslava se alzó conel poder y construyó la primera dinastía auténticamente eslava es decir checa, por medio de la familia Přemysliden, que tomo el poder a fines el siglo XI. En los libros de historia leí, que muy pronto la ciudad se convirtió en el asentamiento de los reyes de la región que se conocía como Bohemia, en esos mismos libros leí y supe, para entender que es lo que paso con esa ciudad y las gentes, – si es que a través de la lectura se puede llegar a saber algo-, que la nobleza bohemia pan eslava fue derrotada por los húngaros y entre 1471 y 1526, Bohemia fue gobernada por un linaje de reyes húngaros de la Corona de San Ladislao, que impusieron los preceptos de la Iglesia Católica Apostólica del Rito Romano, esta situación religiosa tenso los ánimos pero no estallaron conflictos significativos, a mediados del siglo XVI, el emperador del Sacro Imperio, Fernando I, de la Casa de los Habsburgos, fue elegido rey de Hungría y Böhmen. Bajo el mandato de esta dinastía, que se prolongó hasta 1918, la historia de Böhmen estuvo unida a la de Austria y a la de Alemania, lo que significo un retorno a la germanización de las costumbres. En forma paralela a esa región se la llamo Böhmen, su fonética alemana, y a los territorios que se extendían hacia los Sudetes se los denominó Mähren, en lugar de Moravia, ambas comarcas comenzaron a formar parte de los señoríos de los Habsburgos, por lo que Praha paso a ser la capital de una provincia austriaca.
Durante la dominación Imperio Austro - Húngaro, desde mediados del siglo XIX su actividad cultural e intelectual fue brillante, pero se convirtió además en el centro del nacionalismo checo. Con el derrumbe del Imperio Austro - Húngaro tras la I Guerra Mundial y la creación de Checoslovaquia en 1918, Bohemia se convirtió en una provincia checa. En marzo de 1938, como desencadenante de la cuestión de los Sudetes, los nazis ocuparon militarmente Checoslovaquia y crearon el protectorado de Böhmen – Mähren.
Al frente del nuevo territorio anexado el Führer nombró como Reichprotecktor de Böhmen – Mähren, a Konstantin Freiher von Neurath a quien luego se relevo de ese cargo, y designó como vice Reichsprotcektor a Reinhard Tristán Eugen Heydrich, un nazi fanático que cuentan los que dicen conocer algo de historia, si es que se puede saber algo de la historia y las motivaciones de los hombre que la hacen, que había nacido en el seno de una familia de profesores de música que enseñaban en el prestigioso Instituto de Las Halles de Sajonia, y que desde muy pequeño se había inclinado hacia el estudio de la música clásica, que era un hábil practicante de esgrima, que al terminar la Gran Guerra ingreso a la Reichsmarine, que suplió a la destrucción de la Kaiserliche Marine a la que se la supo llamar Hochseeflotte, de la que fue expulsado por una oscura cuestión de polleras que fue la comidilla de todas las reuniones sociales de esa época, porque cuentan que se había enamorado de una mujer casada judía, mientras mantenía al mismo tiempo una relación sentimental formal con la hija de un importante e influyente empresario ligado a la industria militar a la que le había prometido casamiento, este ofendido al enterarse de la historia, llevo su queja al almirante Canaris que era su superior y así se decidió su expulsión de la misma.
Cuentan esos que dicen saber algo de historia, - si es que podemos saber algo de los hombres que la hacen y de los motivos que impulsan sus actos -, que Reinhard Tristán Eugen Heydrich, había participado de las Fareikorps Märker, una fuerza paramilitar de la extrema derecha fundada a instancias de Gustav Noske que era Ministro de Defensa de la República de Weimar para enfrentar a la Spartakusbund o Liga Espartaquista a principios de la década del 20 y que luego de su disolución se incorporó a las terriblemente sanguinarias SS como se las conocía a las Schutzstaeffel o Secciones de Seguridad del Partido Nazi, al ingresar en esta “nueva aristocracia”, admirada por la mayoría de los ciudadanos que sufrían las humillaciones del Tratado de Versalles, él encontró el reconocimiento social y una forma de reinsertarse en un mundo militar que lo había rechazado, tan sólo por una cuestión de polleras.
Cuentan en los libros de historia, aquellos que relatando los hechos, pretenden comprender los actos y las motivaciones de los hombres que la hacen, que el ambiente de camaradería existente entre los miembros de las SS seguramente fue un lugar de confianza e integración para esa calmar esa mezcla de dolor y resentimiento que lo asolaba, y que como su contracara sus nuevos camaradas se sintieron absortos de contar entre sus nuevos miembros que engrosaban a sus filas a un ex militar desesperado de lavar su despecho, que al mismo tiempo, a diferencia de otros miembros y líderes del partido, era poseedor de un aspecto ario sobresaliente no sólo por su altura, su contextura deportiva, su cabello rubio y sus grandes ojos azules, sino también por sus dotes de esgrimista, músico, alpinista, apasionado navegante de vela y dotado de una vasta cultura general producto de una educación especialmente esmerada.
El conjunto de aptitudes físicas para los deportes, sus refinados gustos por lo cultural y el arte en general, hicieron que se lo considerara como el prototipo genuinamente ario que constituyera las SS.
Su carrera dentro de las SS fue meteórica, designado segundo de Himmler a finales de 1935, hacia 1937 convenció a una personalidad paranoica como la de Josef Stalin de una conspiración armada en su contra por los más respetados estrategas del Ejército Rojo, generando de esta manera una purga brutal que lo descabezó de cara al Operación Barbarroja, fue responsable de las operaciones de provocación en la frontera Polaca entre julio agosto de 1939, actos de los que se valió en sus quejas Joaquim von Ribbentropp como argumento para justificar el inicio de las hostilidades militares en septiembre de 1939, años después organizó en un villa ubicada en Am Gro ßen Wannesee 56-58 de Berlín, una reunión que pasaría a los anales de la historia como la Conferencia de Wannesee, para diagramar la triste y famosa solución final.
Los que dicen saber algo de la vida privada de los hombres públicos, - si es que de la vida privada de los hombres públicos se puede saber algo -, sostienen a partir de los relatos que las pocas personas que llegaron a intimar con Reinhard Tristán Eugen Heydrich, que este habría contado que siendo muy niño había soñado que un monstruo de arcilla que en Praha recibía el nombre de Golem, lo cruzaba una mañana temprano en la curva que da una calle en Praha, y que como ese sueño cada tanto se repetía, durante el caluroso verano de 1932 cuando Erik Jan Hanussen inauguró en una enorme mansión “El Palacio del Ocultismo” en Berlín, este el más famoso de entre todos los videntes consultados los jerarcas nazis, al que llamaban también el “mago de los guantes verdes”, le predijo que “El Golem” con el que él había soñado era la representación de la muerte, y que lo alcanzaría después de una larga agonía en una calle de Praha.
Esa predicción lo inundo de una angustia y de miedo sin igual, a partir de ese momento los sueños que lo enfrentaban con la mítica criatura de arcilla ideada en las tradiciones kabbalísticas medievales judías, se volvieron cada vez más recurrentes, y que eso lo llevó a viajar a Zúrich para consultar con Presidente de la Sociedad Médica de Psicoterapia, el Profesor Carl Gustav Jung; mientras que en Berlín buscaba de manera afanosa, respuestas a sus desvelos con el Dr. Matthias Heinrich Göring.
Lo que supe, leyendo primero y que después durante una larga caminata en una tarde de primavera, me contó una mujer checa y ahora les puedo confiar a ustedes no es menor.
Entre los seis barrios originarios que le dieron origen a Praha, que ahora son siete y que fueron crecieron sobre las riveras del río Moldava, esta Josevof el barrio judío, que había sido el gheto más grande de los construido durante la edad media.
Allí, en Josevof, el viejo gheto judío de Praha existe el cementerio más grande, antiguo y mejor conservado de esa comunidad en toda Europa, superpuestas unas sobre otras existen más de quince mil lápidas, y si bien en algunas no se puede leer el nombre de aquellos a quienes recuerdan, y todas son de una belleza sin igual.
Fue allí que Reinhard Tristán Eugen Heydrich, al que muchos fanáticos de los SS llamaban “Der Henkel” o sea el Verdugo, por la frialdad con la que ejecutaba las ordenes que recibía, en un determinado momento llego a convencer al Hitler de no destruir el cementerio de Josevof y el Altneuschul es decir la sinagoga y escuela que está al lado de este, con un argumento irrefutable: “...hay de mantenerlos intactos así como están, y pasarán a la historia como la muestra irrefutable de los últimos vestigios de una raza a la que nosotros extinguimos de la faz de la tierra”.
Según cuentan los libros que alguna vez escribieron los que creen saber algo de la historia y de los hombres que la construyen, que Reinhard Tristán Eugen Heydrich, amaba la música, ejecutaba el violín, navegaba a vela y practicaba como pocos el arte de la esgrima, era el más brutal de entre los jerarcas nazis que lo apodaron “Der Henkel” porque era capaza de cumplir cualquier orden sin dudar, que su sola presencia creaba un abismo psicológico que solo son capaces de crear aquellos que ejecutan su deseo sin contemplaciones de ningún tipo y que cuando llegó a Praha aplicó sin piedad una política de terror en todo el territorio contra sus oponentes y de incentivos para quienes colaboraran, política conocida como del palo y la zanahoria, que su sola presencia creaba un abismo psicológico inconmensurable con quienes ocasionalmente hablaba o se cruzaba en el camino, que era tan brutal e insondable el desprecio que emanaba de su ser, que a su alrededor se percibía el miedo a flor de piel, que los castigos que aplicó a la resistencia fueron de tal magnitud y crueldad que comenzaron a llamarlo “El carnicero de Praha”, aunque también esa checa me contó que los habitantes de Praha sentían por él una extraña mezcla de respeto y admiración, porque fomentó el trabajo y combatió la especulación de los precios de los alimentos.
La historia cuenta que después de dos meses de seguimiento, a las 8,30 hs de la mañana del 27 de mayo de 1942, dos partisanos checos que respondían a Eduard Beneš y habían sido entrenados en Londres, llamados Jan Kubis y Josef Gabchink, lo emboscaron en la Rude Armady donde esta hace una curva muy pronunciada en el suburbio de Holešovice cerca de una parada de la línea C del Metro de Praha, en el trayecto que une el Castillo de Jung-Breshan con el aeródromo donde lo esperaba un avión para trasladarlo a Berlín.
Cuentan los que creen saber algo de la historia y de los hombres que la hacen, que viajaba solo sin custodia como una prueba de su valor y porque estaba confiado de la gente de Praha, el relato refiere que falló la metralleta con la que pretendieron matarlo que luego le tiraron una granada que explotó cerca de él y varios tiros de pistola lo hirieron levemente, frente a una casa de paredes bajas pintada de blanco que tenía una ligustrina prolijamente cortada, la casa Brecjchova, la familia de la cual descendería la mujer que siendo actriz veintitrés años después fuera la responsable de que me excitara sexualmente y conociera el amor en solitario detrás de un sillón en la casa de mi abuela mirando una foto de ella medio desnuda recostada en sobre una cama.
Coinciden todos los relatos que Reinhard Tristán Eugen Heydrich, vice Reichprotecktor de Böhmen – Mähren, era capaz de crear un abismo insondable frente a sus ocasionales interlocutores y un vacío psicológico que los dejaba en las puertas del terror.
Todos los hechos relatados aquí, realizados por los que creen saber algo de la historia y de los hombres que la hacen son coincidentes. Ayudado por algunos transeúntes que ocasionalmente se encontraban en el lugar, pero por sus propios medios llego al Hospital Libovka, donde se negó a ser atendido por los asustados médicos checos que estaban de guardia, porque desconfiaba de ellos y exigió ser atendido por un médico alemán, que se resistió a tomar alguna medicina hasta que llegó el médico Jefe de la 24º División SS Böhmen – Mähren que estaba acantonada cerca de allí el Profesor Dieck, que le realizó varios estudios y que si bien las heridas no eran de gravedad, una costillas rotas por la explosión de la granada le perforaron la pleura.
Relatan los comentaristas de la época que el Profesor Dieck le realizó una inmediata intervención quirúrgica asistido por el Profesor Hohlbaum de la Clínica Alemana de Praga, pero todo fue en vano, una infección generalizada pudo con el hombre del corazón de hierro Reinhard Tristán Eugen Heydrich, agonizó durante siete días.
Él, al que llamaban “Der Henkel” o sea el verdugo o “El carnicero de Praha” dijo que durante toda su vida se había sentido un arconte y sin embargo lloró por los crímenes que dijo pudo haber cometido en el cumplimiento de su juramento de lealtad personal realizado a Adolf Hitler, el PrincepFührer del Deutschland III Reich.
Dicen los que creen saber algo de la historia y de la vida privada de los hombres públicos que la construyen, que tras de los biombos del hospital enfermeras asustadas que no se dejaban ver, le escucharon balbucear entre sollozos que se arrepentía de los posibles crímenes cometidos en cumplimiento del juramento de lealtad personal realizado a Adolf Hitler, el PrincepFührer del Deutschland III Reich y que en silencio sonreía mientras se jactaba de haberse resistido a destruir el cementerio de las quince mil tumbas y el Altneuschul de Josevof, el Ghetto judío más antiguo de Europa, con el argumento irrefutable: “...hay de mantenerlos intactos así como están, y pasarán a la historia como la muestra irrefutable de los últimos vestigios de una raza a la que nosotros extinguimos de la faz de la tierra”.
Él, que llego a ser la encarnación humana más perfecta del ideal de los nazis; había jurado vengarse de quien había sido su jefe inmediato y responsable de su pulsión infamante de la vieja marina imperial y luego jefe de la Abwehr, el Almirante Wilheim Canaris, - con quien sostuvo un encono personal que no cedió con el paso del tiempo -, sonreía en silencio mientras agonizaba.
Cuentan los que dicen que estuvieron a su lado mientras agonizaba fumaba cigarrillos egipcios que tenían una mezcla de tabaco turco mezclado con hilos de hachís egipcio que le había conseguido su asistente, que bebió un vino rouge exquisito al paladar elaborado en la casa del Barón Philippe de Rothschild en 1936 y que en medio del deliro afirmaba haber visto un monstro de arcilla al que los antiguos alquimistas y cabalistas judíos de Praha llamaban Golem, idéntico al que alguna vez soñó cuando era un niño en la casa de su familia en Halle del Salle, en la región de Sajonia-Anhalt.
Agonizaba y recordó que durante el verano de 1932, poco antes de que los nazis se alzasen con el poder y destruyeran la República de Weimar, Herschmann Chaim Steinschneider un judío checo que llegó a reinar en la corte de adeptos de Adolf Hitler desde 1928 a 1933, que se hacía llamar Jan Eric Hanussen, al que todos llamaban el mago de los guantes verdes, que era el más famoso de los adivinos que en Berlín consultaban los jerarcas nazis, la noche que inauguraba el “Palacio del Ocultismo de Berlín”, el predijo que la muerte lo alcanzaría en una calle de Praha.
Mientras agonizaba, sonreía en silencio, por que se llevaba a la tumba su más oscuro secreto, la madre de su padre, su abuela paterna se llama Sarah.
Él, la más perfecta encarnación humana del ideario nazi, él del que se rumoreaba había sido señalado en privado como su sucesor por el mismísimo Adolf Hitler el PrincepFührer del Deutschland III Reich, era hijo de un judío y había sido capaz de ocultar ese su secreto, durante tantos años.
Ahora sabía al fin que podía morir en la ciudad que había sido objeto de sus desvelos, la ciudad en la sabía estaba sellado su destino, una ciudad hermosa coronada por cien cúpulas, la ciudad enclavada en el corazón de Europa, la ciudad que amó en silencio desde el momento en que siendo un niño soñó que el Golem lo cruzaba en una de sus callejuelas,...... tan solo Praha.
Verano 2007
La primera vez que ví y supe algo de esa ciudad fue por medio de una serie de fotos bellísimas en la que se hacia referencia a cien cúpulas de cobre y de ladrillos de cerámica que reflejan destellos dorados cuando son bañadas por el sol.
Tal vez por eso se la conoce como “la ciudad de las cien cúpulas”, o “la ciudad dorada”, o “el corazón de Europa” o “la madre de todas las ciudades”, aunque hace poco leí en algún lado que también es llamada, - quizás con justicia a pesar que fonéticamente suene horrible a los oídos -, como la "París de los años 20 en los años 90". También supe a través de esta última lectura, - si es que a partir de la lectura y de los libros se puede saber algo -, que esa ciudad fue la cuna del ocultismo medieval, del esoterismo y de del desarrollo más potente de la Kabbalah desde fines del siglo XIII y hasta fines de los años 30 del siglo pasado.
En realidad, nunca llegué a saber bien si lo que me llamo la atención de esa ciudad llamada Praha fueron las fotos de las cien cúpulas verdes envueltas por los halos dorados de los destellos del dios Febo, la imagen imponente del Castillo Hradčany recortada sobre una colina desde donde se permite mirar a la ciudad en su totalidad, las leyendas creadas que la convivieron en cuna de lo mágico, del ocultismo y de la Kabbalah, que nació y se escondió en las entrañas de la judería local o la imagen de una actriz rubia medio desnuda que aparecia eróticamente sentada sobre el piso de un cuarto de pensión barato al costado de una cama, y que ilustraba el comentario de una película de Jan Tomáš Forman, al que se lo conoce como Miloš Forman.
La rubia que aparecía medio desnuda sentada sobre el piso de una pensión barata apoyada sobre el borde de una cama, era la actriz principal y se llamaba Hana Brecjchova.
Me gusto tanto esa rubia medio desnuda para mis escasos diez años, sentada sobre el piso y apoyada en el borde de una cama de una pensión barata de Praha, el dejo de inocencia que se escapaba de sus ojos y el pelo dorado como el oro, que su imagen fue el objeto sexual inspirador de mi primer acto de amor en solitario detrás del sillón del living de la casa de mi tía donde aprovechando un descuido de mi mamá, las tías y la abuela Celina que no se percataron de lo que estaba haciendo con los dedos de mi mano mientras miraba esa revista detrás del sillón del living.
A partir de ese momento Praha, o bien por la rubia que paso a ser el objeto del deseo de mis desvelos de púber y que me persiguió durante los sueños durante muchos años, o bien por las imágenes recurrentes de las cúpulas verdes siempre envueltas por los halos dorados de los destellos del Dios Febo y la imagen imponente del Castillo Hračany recostado sobre una colina que permite desde allí contemplar toda la ciudad, que comencé una lectura afiebrada y casi sin límites de todo lo que me acercaba a esa ciudad.
Aprendí leyendo en los libros, si es que en estos se puede aprender algo, que Praha fue la cuna del ocultismo, la magia y la Kabbalah desde la edad media, que allí se describió por primera vez la imagen del Golem una criatura mágica de arcilla creada por el Rabí Yehuda Loew ben Bezalel, el Maharal de Praga en a mediados del siglo XVI aunque se hace popular recién en el siglo XVIII, quien habría dado forma, - según cuentan las leyendas -, a ese ser mítico para proteger a los judíos observantes de las persecuciones y matanzas instigadas por un sacerdote cristiano llamado Tadeo.
“El Golem”, así se llama también la novela que en 1915 escribiera Gustav Meyrink y que impresiono en Buenos Aires al otro lado del planeta a un escritor llamado Jorge Luis Borges.
Así pues, mucho antes de que la palabra perdiera su fuerza mágica, como alguna vez escribiera Sigmund Freud, aprendí de los libros si es que de los libros se puede aprender algo, que en los comienzos de los tiempos de la historia por el sigo VI a. C la llanura ubicada en el centro de Europa estaba habitada por un pueblo Celta llamado boios, que fueron expulsados por la tribu germánica de los marcomanos hacia el siglo I d. C, esos mismos libros cuentan que los boii o boios llamaba a esa tierra Boiohaemum es decir el hogar de los Boii, este pueblo se perdió sin dejar rastro en los pliegues de la historia, pero como una cruel venganza del destino la región conservo de estos su nombre germanizado y se la comenzó a llamar Böhmen como la marca cultural y linguistica de los nuevos conquistadores.
Cuentan esos que dicen saber algo de historia, que Praha como ciudad se fue constituyendo a partir de, - como dicen los arquitectos -, una costura urbana de seis pequeños asentamientos cercanos entre sí, erigidos sobre las riberas del río Vltava o Moldava enmarcados entre siete colinas, en un meandro del río que forma una especie de P mayúscula, como se fuera un designio para su futuro nombre, durante los últimos años del Siglo IX, los que luego como reflejo de su crecimiento y de los intercambios de sus habitantes se convertirían en los barrios que hoy conforman Praha, Staré Mestró, Nove Mestro, Josefov, Myšeharad, Mala Strana, Hračany o El Castillo y Smichov Santoska.
Praha se había transformado, gracias al recuerdo recurrente de esta rubia objeto sexual de mis desvelos a partir de mis diez años, en un lugar mágico al que mis sueños me transportaron una y mil veces.
Así aprendí por medio de los libros, que entre los siglos V y VIII d.C, la región fue ocupada por hordas nómadas de grupos llegados desde las estepas de mongolia, entre ellos los Avaros que buscaban nuevos de pastizales frescos para su ganado y sus caballos y con ellos se instaló la práctica del cristianismo arriano, más tarde durante el siglo IX el cristianismo del rito romano se introdujo y consolido en la región, que por entonces formaba parte del reino de la Gran Moravia, desde el año 950, la región del Boemia donde se podía observar una fuerte influencia germana tuvo que aceptar la voluntad de la mayoría reconocer la supremacía alemana y pasar a ser parte integrante del Sacro Imperio Romano Germánico y se la llamó nuevamente Böhmen, es así que durante más de ciento y pico de años la región fue gobernada por miembros de la católica casa de Luxemburgo, sin embargo la aristocracia eslava se alzó conel poder y construyó la primera dinastía auténticamente eslava es decir checa, por medio de la familia Přemysliden, que tomo el poder a fines el siglo XI. En los libros de historia leí, que muy pronto la ciudad se convirtió en el asentamiento de los reyes de la región que se conocía como Bohemia, en esos mismos libros leí y supe, para entender que es lo que paso con esa ciudad y las gentes, – si es que a través de la lectura se puede llegar a saber algo-, que la nobleza bohemia pan eslava fue derrotada por los húngaros y entre 1471 y 1526, Bohemia fue gobernada por un linaje de reyes húngaros de la Corona de San Ladislao, que impusieron los preceptos de la Iglesia Católica Apostólica del Rito Romano, esta situación religiosa tenso los ánimos pero no estallaron conflictos significativos, a mediados del siglo XVI, el emperador del Sacro Imperio, Fernando I, de la Casa de los Habsburgos, fue elegido rey de Hungría y Böhmen. Bajo el mandato de esta dinastía, que se prolongó hasta 1918, la historia de Böhmen estuvo unida a la de Austria y a la de Alemania, lo que significo un retorno a la germanización de las costumbres. En forma paralela a esa región se la llamo Böhmen, su fonética alemana, y a los territorios que se extendían hacia los Sudetes se los denominó Mähren, en lugar de Moravia, ambas comarcas comenzaron a formar parte de los señoríos de los Habsburgos, por lo que Praha paso a ser la capital de una provincia austriaca.
Durante la dominación Imperio Austro - Húngaro, desde mediados del siglo XIX su actividad cultural e intelectual fue brillante, pero se convirtió además en el centro del nacionalismo checo. Con el derrumbe del Imperio Austro - Húngaro tras la I Guerra Mundial y la creación de Checoslovaquia en 1918, Bohemia se convirtió en una provincia checa. En marzo de 1938, como desencadenante de la cuestión de los Sudetes, los nazis ocuparon militarmente Checoslovaquia y crearon el protectorado de Böhmen – Mähren.
Al frente del nuevo territorio anexado el Führer nombró como Reichprotecktor de Böhmen – Mähren, a Konstantin Freiher von Neurath a quien luego se relevo de ese cargo, y designó como vice Reichsprotcektor a Reinhard Tristán Eugen Heydrich, un nazi fanático que cuentan los que dicen conocer algo de historia, si es que se puede saber algo de la historia y las motivaciones de los hombre que la hacen, que había nacido en el seno de una familia de profesores de música que enseñaban en el prestigioso Instituto de Las Halles de Sajonia, y que desde muy pequeño se había inclinado hacia el estudio de la música clásica, que era un hábil practicante de esgrima, que al terminar la Gran Guerra ingreso a la Reichsmarine, que suplió a la destrucción de la Kaiserliche Marine a la que se la supo llamar Hochseeflotte, de la que fue expulsado por una oscura cuestión de polleras que fue la comidilla de todas las reuniones sociales de esa época, porque cuentan que se había enamorado de una mujer casada judía, mientras mantenía al mismo tiempo una relación sentimental formal con la hija de un importante e influyente empresario ligado a la industria militar a la que le había prometido casamiento, este ofendido al enterarse de la historia, llevo su queja al almirante Canaris que era su superior y así se decidió su expulsión de la misma.
Cuentan esos que dicen saber algo de historia, - si es que podemos saber algo de los hombres que la hacen y de los motivos que impulsan sus actos -, que Reinhard Tristán Eugen Heydrich, había participado de las Fareikorps Märker, una fuerza paramilitar de la extrema derecha fundada a instancias de Gustav Noske que era Ministro de Defensa de la República de Weimar para enfrentar a la Spartakusbund o Liga Espartaquista a principios de la década del 20 y que luego de su disolución se incorporó a las terriblemente sanguinarias SS como se las conocía a las Schutzstaeffel o Secciones de Seguridad del Partido Nazi, al ingresar en esta “nueva aristocracia”, admirada por la mayoría de los ciudadanos que sufrían las humillaciones del Tratado de Versalles, él encontró el reconocimiento social y una forma de reinsertarse en un mundo militar que lo había rechazado, tan sólo por una cuestión de polleras.
Cuentan en los libros de historia, aquellos que relatando los hechos, pretenden comprender los actos y las motivaciones de los hombres que la hacen, que el ambiente de camaradería existente entre los miembros de las SS seguramente fue un lugar de confianza e integración para esa calmar esa mezcla de dolor y resentimiento que lo asolaba, y que como su contracara sus nuevos camaradas se sintieron absortos de contar entre sus nuevos miembros que engrosaban a sus filas a un ex militar desesperado de lavar su despecho, que al mismo tiempo, a diferencia de otros miembros y líderes del partido, era poseedor de un aspecto ario sobresaliente no sólo por su altura, su contextura deportiva, su cabello rubio y sus grandes ojos azules, sino también por sus dotes de esgrimista, músico, alpinista, apasionado navegante de vela y dotado de una vasta cultura general producto de una educación especialmente esmerada.
El conjunto de aptitudes físicas para los deportes, sus refinados gustos por lo cultural y el arte en general, hicieron que se lo considerara como el prototipo genuinamente ario que constituyera las SS.
Su carrera dentro de las SS fue meteórica, designado segundo de Himmler a finales de 1935, hacia 1937 convenció a una personalidad paranoica como la de Josef Stalin de una conspiración armada en su contra por los más respetados estrategas del Ejército Rojo, generando de esta manera una purga brutal que lo descabezó de cara al Operación Barbarroja, fue responsable de las operaciones de provocación en la frontera Polaca entre julio agosto de 1939, actos de los que se valió en sus quejas Joaquim von Ribbentropp como argumento para justificar el inicio de las hostilidades militares en septiembre de 1939, años después organizó en un villa ubicada en Am Gro ßen Wannesee 56-58 de Berlín, una reunión que pasaría a los anales de la historia como la Conferencia de Wannesee, para diagramar la triste y famosa solución final.
Los que dicen saber algo de la vida privada de los hombres públicos, - si es que de la vida privada de los hombres públicos se puede saber algo -, sostienen a partir de los relatos que las pocas personas que llegaron a intimar con Reinhard Tristán Eugen Heydrich, que este habría contado que siendo muy niño había soñado que un monstruo de arcilla que en Praha recibía el nombre de Golem, lo cruzaba una mañana temprano en la curva que da una calle en Praha, y que como ese sueño cada tanto se repetía, durante el caluroso verano de 1932 cuando Erik Jan Hanussen inauguró en una enorme mansión “El Palacio del Ocultismo” en Berlín, este el más famoso de entre todos los videntes consultados los jerarcas nazis, al que llamaban también el “mago de los guantes verdes”, le predijo que “El Golem” con el que él había soñado era la representación de la muerte, y que lo alcanzaría después de una larga agonía en una calle de Praha.
Esa predicción lo inundo de una angustia y de miedo sin igual, a partir de ese momento los sueños que lo enfrentaban con la mítica criatura de arcilla ideada en las tradiciones kabbalísticas medievales judías, se volvieron cada vez más recurrentes, y que eso lo llevó a viajar a Zúrich para consultar con Presidente de la Sociedad Médica de Psicoterapia, el Profesor Carl Gustav Jung; mientras que en Berlín buscaba de manera afanosa, respuestas a sus desvelos con el Dr. Matthias Heinrich Göring.
Lo que supe, leyendo primero y que después durante una larga caminata en una tarde de primavera, me contó una mujer checa y ahora les puedo confiar a ustedes no es menor.
Entre los seis barrios originarios que le dieron origen a Praha, que ahora son siete y que fueron crecieron sobre las riveras del río Moldava, esta Josevof el barrio judío, que había sido el gheto más grande de los construido durante la edad media.
Allí, en Josevof, el viejo gheto judío de Praha existe el cementerio más grande, antiguo y mejor conservado de esa comunidad en toda Europa, superpuestas unas sobre otras existen más de quince mil lápidas, y si bien en algunas no se puede leer el nombre de aquellos a quienes recuerdan, y todas son de una belleza sin igual.
Fue allí que Reinhard Tristán Eugen Heydrich, al que muchos fanáticos de los SS llamaban “Der Henkel” o sea el Verdugo, por la frialdad con la que ejecutaba las ordenes que recibía, en un determinado momento llego a convencer al Hitler de no destruir el cementerio de Josevof y el Altneuschul es decir la sinagoga y escuela que está al lado de este, con un argumento irrefutable: “...hay de mantenerlos intactos así como están, y pasarán a la historia como la muestra irrefutable de los últimos vestigios de una raza a la que nosotros extinguimos de la faz de la tierra”.
Según cuentan los libros que alguna vez escribieron los que creen saber algo de la historia y de los hombres que la construyen, que Reinhard Tristán Eugen Heydrich, amaba la música, ejecutaba el violín, navegaba a vela y practicaba como pocos el arte de la esgrima, era el más brutal de entre los jerarcas nazis que lo apodaron “Der Henkel” porque era capaza de cumplir cualquier orden sin dudar, que su sola presencia creaba un abismo psicológico que solo son capaces de crear aquellos que ejecutan su deseo sin contemplaciones de ningún tipo y que cuando llegó a Praha aplicó sin piedad una política de terror en todo el territorio contra sus oponentes y de incentivos para quienes colaboraran, política conocida como del palo y la zanahoria, que su sola presencia creaba un abismo psicológico inconmensurable con quienes ocasionalmente hablaba o se cruzaba en el camino, que era tan brutal e insondable el desprecio que emanaba de su ser, que a su alrededor se percibía el miedo a flor de piel, que los castigos que aplicó a la resistencia fueron de tal magnitud y crueldad que comenzaron a llamarlo “El carnicero de Praha”, aunque también esa checa me contó que los habitantes de Praha sentían por él una extraña mezcla de respeto y admiración, porque fomentó el trabajo y combatió la especulación de los precios de los alimentos.
La historia cuenta que después de dos meses de seguimiento, a las 8,30 hs de la mañana del 27 de mayo de 1942, dos partisanos checos que respondían a Eduard Beneš y habían sido entrenados en Londres, llamados Jan Kubis y Josef Gabchink, lo emboscaron en la Rude Armady donde esta hace una curva muy pronunciada en el suburbio de Holešovice cerca de una parada de la línea C del Metro de Praha, en el trayecto que une el Castillo de Jung-Breshan con el aeródromo donde lo esperaba un avión para trasladarlo a Berlín.
Cuentan los que creen saber algo de la historia y de los hombres que la hacen, que viajaba solo sin custodia como una prueba de su valor y porque estaba confiado de la gente de Praha, el relato refiere que falló la metralleta con la que pretendieron matarlo que luego le tiraron una granada que explotó cerca de él y varios tiros de pistola lo hirieron levemente, frente a una casa de paredes bajas pintada de blanco que tenía una ligustrina prolijamente cortada, la casa Brecjchova, la familia de la cual descendería la mujer que siendo actriz veintitrés años después fuera la responsable de que me excitara sexualmente y conociera el amor en solitario detrás de un sillón en la casa de mi abuela mirando una foto de ella medio desnuda recostada en sobre una cama.
Coinciden todos los relatos que Reinhard Tristán Eugen Heydrich, vice Reichprotecktor de Böhmen – Mähren, era capaz de crear un abismo insondable frente a sus ocasionales interlocutores y un vacío psicológico que los dejaba en las puertas del terror.
Todos los hechos relatados aquí, realizados por los que creen saber algo de la historia y de los hombres que la hacen son coincidentes. Ayudado por algunos transeúntes que ocasionalmente se encontraban en el lugar, pero por sus propios medios llego al Hospital Libovka, donde se negó a ser atendido por los asustados médicos checos que estaban de guardia, porque desconfiaba de ellos y exigió ser atendido por un médico alemán, que se resistió a tomar alguna medicina hasta que llegó el médico Jefe de la 24º División SS Böhmen – Mähren que estaba acantonada cerca de allí el Profesor Dieck, que le realizó varios estudios y que si bien las heridas no eran de gravedad, una costillas rotas por la explosión de la granada le perforaron la pleura.
Relatan los comentaristas de la época que el Profesor Dieck le realizó una inmediata intervención quirúrgica asistido por el Profesor Hohlbaum de la Clínica Alemana de Praga, pero todo fue en vano, una infección generalizada pudo con el hombre del corazón de hierro Reinhard Tristán Eugen Heydrich, agonizó durante siete días.
Él, al que llamaban “Der Henkel” o sea el verdugo o “El carnicero de Praha” dijo que durante toda su vida se había sentido un arconte y sin embargo lloró por los crímenes que dijo pudo haber cometido en el cumplimiento de su juramento de lealtad personal realizado a Adolf Hitler, el PrincepFührer del Deutschland III Reich.
Dicen los que creen saber algo de la historia y de la vida privada de los hombres públicos que la construyen, que tras de los biombos del hospital enfermeras asustadas que no se dejaban ver, le escucharon balbucear entre sollozos que se arrepentía de los posibles crímenes cometidos en cumplimiento del juramento de lealtad personal realizado a Adolf Hitler, el PrincepFührer del Deutschland III Reich y que en silencio sonreía mientras se jactaba de haberse resistido a destruir el cementerio de las quince mil tumbas y el Altneuschul de Josevof, el Ghetto judío más antiguo de Europa, con el argumento irrefutable: “...hay de mantenerlos intactos así como están, y pasarán a la historia como la muestra irrefutable de los últimos vestigios de una raza a la que nosotros extinguimos de la faz de la tierra”.
Él, que llego a ser la encarnación humana más perfecta del ideal de los nazis; había jurado vengarse de quien había sido su jefe inmediato y responsable de su pulsión infamante de la vieja marina imperial y luego jefe de la Abwehr, el Almirante Wilheim Canaris, - con quien sostuvo un encono personal que no cedió con el paso del tiempo -, sonreía en silencio mientras agonizaba.
Cuentan los que dicen que estuvieron a su lado mientras agonizaba fumaba cigarrillos egipcios que tenían una mezcla de tabaco turco mezclado con hilos de hachís egipcio que le había conseguido su asistente, que bebió un vino rouge exquisito al paladar elaborado en la casa del Barón Philippe de Rothschild en 1936 y que en medio del deliro afirmaba haber visto un monstro de arcilla al que los antiguos alquimistas y cabalistas judíos de Praha llamaban Golem, idéntico al que alguna vez soñó cuando era un niño en la casa de su familia en Halle del Salle, en la región de Sajonia-Anhalt.
Agonizaba y recordó que durante el verano de 1932, poco antes de que los nazis se alzasen con el poder y destruyeran la República de Weimar, Herschmann Chaim Steinschneider un judío checo que llegó a reinar en la corte de adeptos de Adolf Hitler desde 1928 a 1933, que se hacía llamar Jan Eric Hanussen, al que todos llamaban el mago de los guantes verdes, que era el más famoso de los adivinos que en Berlín consultaban los jerarcas nazis, la noche que inauguraba el “Palacio del Ocultismo de Berlín”, el predijo que la muerte lo alcanzaría en una calle de Praha.
Mientras agonizaba, sonreía en silencio, por que se llevaba a la tumba su más oscuro secreto, la madre de su padre, su abuela paterna se llama Sarah.
Él, la más perfecta encarnación humana del ideario nazi, él del que se rumoreaba había sido señalado en privado como su sucesor por el mismísimo Adolf Hitler el PrincepFührer del Deutschland III Reich, era hijo de un judío y había sido capaz de ocultar ese su secreto, durante tantos años.
Ahora sabía al fin que podía morir en la ciudad que había sido objeto de sus desvelos, la ciudad en la sabía estaba sellado su destino, una ciudad hermosa coronada por cien cúpulas, la ciudad enclavada en el corazón de Europa, la ciudad que amó en silencio desde el momento en que siendo un niño soñó que el Golem lo cruzaba en una de sus callejuelas,...... tan solo Praha.